¿Ahora cómo justifico este título? Menuda parra mental gasta el bastardo este de Patrick Grau. Maldito hijo de puta. Pobre diablo. Llena con sus gilipolleces este espacio que vete a saber quién llega a leerlo. ¿Acaso estoy dando signos subliminales? A lo mejor sí, a lo mejor os estoy lavando el cerebro para que después hagáis cosas extrañas en vuestras actividades nocturnas, como por ejemplo, degollar viejas o invocar asteroides a través de rituales nocturnos. O también tomarse un tazón de leche de jirafa. Todo vale.
Mientras estemos ustedes y yo a la sombra de estas filosofadas baratas, os dejo posteados con nada de amor:

